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La Armada Invencible

La Armada Invencible es el nombre de la expedición naval que la Monarquía Hispánica envió contra Inglaterra en el verano del año 1588. Partió con un único objetivo: deponer a Isabel II y restaurar la religión católica en la isla. Por tanto, frente a la creencia popular, la Armada Invencible no fue un intento de anexionar la Corona Inglesa sino una guerra para frenar la expansión del protestantismo por Europa.

España en esos momentos se encontraba enfrascada en una larga guerra en Flandes contra los rebeldes protestantes de Guillermo de Orange. La instauración del anglicanismo en Inglaterra y su consolidación con el ascenso de Isabel I al trono dio inicio a una alianza entre Inglaterra y las Provincias Unidas que amenazaba con empeorar la ya de por sí delicada situación española en Flandes.

Para frenar la llegada de apoyos ingleses a Holanda, Felipe II dio orden de lanzar contra las islas británicas la flota que llevaría como nombre "La Grande y Felicísima Armada" cuyo fracaso fue magnificado por la propaganda protestante con el de "La Invencible".

La Grande y Felicísima Armada

Para recordar

El nombre que recibió la flota que partió hacia Inglaterra fue el de "Grande y Felicísima Armada". Sin embargo, la leyenda negra favoreció el de "Armada Invencible" por motivos evidentes: magnificar el fracaso sufrido y ensalzar la defensa inglesa.

Este nombre se atribuye a William Cecil (1520-1598), consejero y mano derecha de Isabel I, que en su texto "Copia de una carta" simuló la carta de un jesuita inglés al embajador de España en París hablando sobre el desastre de "La Invencible".

Guerra con Inglaterra

Durante la primera mitad del Siglo XVI, la política matrimonial que los Reyes Católicos impulsaron durante su reinado se tradujo en la consolidación de las relaciones entre España e Inglaterra. Catalina de Aragón había contraído matrimonio con Enrique VIII, rey de Inglaterra, y fruto de esa unión nació María Tudor quien a su vez se casaría con su primo Felipe II, futuro heredero de la corona española y ahora también rey consorte de Inglaterra. Por tanto, resulta evidente que durante gran parte del reinado de Carlos I ambos reinos convivieron si no como aliados, sí como potencias amigas.

Las relaciones entre ambos países comenzaron a empeorar tras 1533. Enrique VIII pidió al Papa la nulidad de su matrimonio con Catalina de Aragón para poder casarse con Ana Bolena. Ante la negativa decidió separarse de la Iglesia Romana y adoptar el protestantismo bajo la forma de la religión anglicana de la que él sería el Sumo Pontífice. Esto provocó que a su muerte el país quedase dividido en dos facciones que conspirarían para alzarse con el poder: los católicos partidarios de María Tudor y los protestantes que defendían los derechos al trono de Isabel I, hija del matrimonio entre Enrique y Ana Bolena.

El reinado de María Tudor apenas duró cinco años y estuvo lastrado por las distintas enfermedades que padeció y que terminarían por provocarle la muerte. Tras su fallecimiento, su hermanastra Isabel heredó la corona quien reinstauró el anglicanismo como religión oficial e impulsó una dura represión contra los católicos, lo cual le valió la excomunión por parte del Papa y el inicio de las hostilidades con la Monarquía Hispánica.

Desde ese momento ambos países se involucrarán en distintas conspiraciones con el objetivo de desgastar y debilitar al otro en todos los frentes posibles.

Inglaterra apoyó activamente las aspiraciones de Antonio (el prior de Crato) al trono de Portugal frente a Felipe II. Además permitió actuar impunemente a los piratas que atacaban los navíos españoles que cruzaban el Canal de la Mancha. Entre ellos se encontraba el pirata Francis Drake, destacado por su ataques contra las posesiones españolas en distintas partes del mundo que le granjearon el favor de la reina Isabel.

Por su parte Felipe II financió una conspiración católica que tenía como objetivo deponer a Isabel I para sentar en el trono a María Estuardo, heredera de la corona escocesa. Tras el fracaso del golpe, Isabel I condenó a muerte a María Estuardo, acción que supuso la declaración de guerra Felipe II a Inglaterra.

Los preparativos de la Armada

La invasión de Inglaterra estaba prevista inicialmente para el mismo año de la ejecución de María Estuardo (1587). Felipe II ordenó a sus dos mejores hombres, Álvaro de Bazán y Guzmán y Alejandro Farnesio, el diseño de la estrategia para asaltar la isla. Álvaro de Bazán se había destacado como un gran general durante la invasión de Portugal. Por su parte, Alejandro Farnesio había desarrollado una gran labor tanto diplomática como militar en Flandes contra los rebeldes protestantes.

Sin embargo, la Armada zarparía finalmente en 1588 pues un ataque de Francis Drake a las costas de Cádiz durante el verano de 1587 destruyó gran parte de la flota que allí se encontraba obligando a retrasar los planes de invasión.

En cuanto a la estrategia a seguir se propusieron dos planes distintos. Álvaro de Bazán era partidario de enviar una gran expedición desde España con el objetivo de llevar a cabo un ataque a gran escala. En cambio Alejandro Farnesio defendía ejecutar una incursión nocturna desde Flandes para situar un grueso de infantería en la isla que lograse una victoria rápida sobre el ejército inglés. Felipe II optó por combinar ambos planes: enviar una gran escuadra desde España que tras recoger a los tercios en Flandes desembarcase en la isla atravesando el paso de Calais.

Las complicaciones comenzaron poco después. Álvaro de Bazán murió a consecuencia de una epidemia de peste a comienzos de 1588. España perdía no sólo a uno de sus grandes generales sino a quien había ideado parte de la estrategia a seguir. El sustituto elegido fue el Duque de Medina Sidonia, Alonso Pérez de Guzmán, un capitán destacado de la campaña de Portugal que en ese momento se encontraba al mando de 17 navíos que protegían las costas de Cádiz de los piratas turcos.

A la muerte de Álvaro de Bazán se sumó el hecho de que 1588 fue un año de grandes heladas y temporales que nuevamente obligaron a retrasar varias veces la salida de la expedición. Finalmente, el 25 de mayo la Grande y Felicísima Armada compuesta por 130 buques se hizo a la mar desde el puerto de Lisboa. Sin embargo, las condiciones meterológicas fueron tan pésimas que tardaron casi un mes en conseguir agruparse en torno al puerto de La Coruña, primera parada prevista para la expedición.

Ante la sucesión de imprevistos el Duque de Medina Sidonia pidió en varias ocasiones ser relevado del mando; sus peticiones fueron desoídas y se le conminó a terminar la misión que se le había encomendado so pena de perder la honra.

Tras abandonar La Coruña y otro mes de navegación el 29 de julio la Armada llegó al Canal de la Mancha rumbo hacia Flandes; allí aguardaban los tercios de Farnesio para embarcar. En esa fecha la Armada desaprovechó la oportunidad de atacar a la flota inglesa que se encontraba atrapada en el puerto de Plymouth Hoe sin posibilidad de abandonarlo debido a los fuertes vientos. Alonso Pérez de Guzmán optó por mantenerse fiel a las órdenes del rey y continuó rumbo hacia los Países Bajos. Durante estos días se produjeron varios encuentros entre la flota española y la inglesa que se saldaron sin mayores consecuencias.

El 6 de agosto de 1588 la Armada logró al fin fondear la costa de los Países Bajos pero nuevamente las condiciones meteorológicas jugaron en su contra: los sucesivos temporales impidieron embarcar a los tercios y dificultaron mantener a las naves agrupadas para defenderse en caso de ataque. La expedición en estos momentos tenía altas probabilidades de fracasar.

La batalla de Gravelinas

Como ya hemos visto, pese a haber logrado el objetivo de alcanzar la costa de Flandes en Calais, la flota no pudo embarcar a los tercios de Farnesio. Los fuertes vientos y las corrientes de agua frustaron varios intentos de realizar esta maniobra lo que dio tiempo a los ingleses para organizar un ataque sobre la armada española que ahora se encontraba desprotegida.

El 8 de agosto los ingleses comenzaron el ataque lanzando 8 brulotes incendiarios contra los barcos españoles. Los fuertes vientos unidos a las maniobras improvisadas para esquivar la ofensiva dispersaron a gran parte de los barcos españoles que se vieron obligados a navegar hacia la costa este de Inglaterra. Mientras tanto el duque de Medina Sidonia trataba de organizar la defensa. Finalmente consiguió reagrupar 20 barcos y hacer frente al envite inglés. Tras horas de combate tan sólo 3 barcos españoles fueron hundidos, llegando incluso por momentos a tomar ventaja sobre la armada inglesa. Sin embargo, la misión había fracasado.

Para recordar

Tras el fracaso de la "Grande y Felícisima Armada", los almirantes ingleses ordenaron pintar numerosos lienzos que representaran esta batalla. En ellos se puede apreciar a los barcos combatiendo a escasos metros de distancia, algo que no resulta verosímil ya que los ingleses evitaron a toda costa los abordajes de las tropas españolas sabiéndose inferiores en la lucha cuerpo a cuerpo.

La batalla de Gravelinas

Vuelta a España

Concluida la batalla de Gravelinas el duque de Medina Sidonia decidió poner rumbo de vuelta a España ante la imposibilidad de llevar a cabo la misión. El camino elegido fue rodear las islas británicas para descender por el oeste de la costa irlandesa. Durante el primer tramo del recorrido la flota inglesa trató de darles caza sin éxito.

De los 110 barcos que iniciaron el regreso, 28 se perdieron durante la vuelta a consecuencia de los temporales y las pésimas condiciones que la tripulación tuvo que soportar. La expedición no estaba preparada para un trayecto tan largo y la ausencia de víveres y agua provocó que enfermedades como el escorbuto hicieran mucho daño a la tripulación de los buques.

Para finales de septiembre comenzaron a llegar los primeros barcos a las costas de Cantabria, proceso que se alargó hasta enero de 1589.

Las bajas españolas de esta expedición se cifran en 30-40 barcos de los 130 que zarparon. Un porcentaje muy bajo si tenemos en cuenta hasta qué punto se ha magnificado este hecho. Por tanto, pese al rotundo fracaso de la Armada de 1588, éste no supuso un duro golpe para la fuerza naval española como trató de vender la propaganda protestante. De hecho, años más tarde la Monarquía Hispánica planificó dos nuevas expediciones contra Inglaterra que se saldaron nuevamente en fracaso pero que demuestran que España contaba todavía con una flota muy poderosa.

La Contraarmada Inglesa

Al año siguiente del fracaso de la Felicísima Armada la reina Isabel ordenó a los piratas Drake y Norreys lanzar un contraataque contra las costas españolas con una flota compuesta por unas 150-200 naves y 25.000 hombres. El objetivo era aprovechar el supuesto momento de debilidad hispánico para destruir los restos de su flota, asaltar los navíos procedentes de América y recuperar Lisboa para el prior de Crato con el fin de reactivar la resistencia portugesa contra la anexión española. Esta expedición se conoce con el nombre de "La Contraarmada".

El primer puerto hacia el que se dirigió la flota inglesa fue La Coruña. Tras desembacar en las inmediaciones y tomar con relativa facilidad la parte baja de la ciudad fracasaron en su asalto a las murallas de la zona alta, donde la guarnición española compuesta por 1.500 hombres y mujeres resistió ferozmente a los ataques ingleses. De esta batalla surge la figura de María Pita, una coruñesa que se unió a las refriegas en las murallas y que según cuenta la leyenda provocó la huida de los ingleses tras dar muerte a uno de sus alférez con la pica de su marido. Frente a las 1.000 bajas españolas, los ingleses sufrieron unas 1.300 que se suman a las cientas de deserciones posteriores al intento de toma del puerto.

Fracasado el intento de tomar La Coruña la flota de Drake se dirigió a su siguiente objetivo: Lisboa. La estrategia era llevar a cabo un ataque combinado por tierra y mar, en el que las naves inglesas comandadas por Drake forzarían la entrada por el Tajo mientras que la infantería dirigida por Norreys atacaría desde tierra con los refuerzos que teóricamente recibirían de los nobles portugeses adeptos a la causa del prior. En Lisboa aguardaba una guarnición de 7.000 españoles y portugueses.

Sin embargo, en su recorrido hacia Lisboa las tropas de Norreys fueron bombardeadas por las naves españolas inflingiéndoles numerosas bajas y disminuyendo su ya maltrecha moral de combate. Esto fue posible gracias a la inacción de Drake, que sin ver claro el momento de atacar permitió que las galeras españolas acribillasen a la infantería inglesa en su camino hacia Lisboa. El 11 de junio Norreys decidió abandonar la toma de Lisboa huyendo junto con Drake hacia el océano Atlántico.

Aprovechando el fracaso en Lisboa la flota española a los mandos de Martín de Padilla comenzó la persecución de la armada inglesa. Tras darle alcance se entabló una batalla con clara ventaja hispánica donde los ingleses sufrieron numerosas pérdidas. Nuevamente Drake emprendió la huida, esta vez rumbo hacia las Azores con el objetivo de capturar los galeones procedentes de las Indias y establecer allí una base permanente. Las grandes bajas acumuladas por los enfrentamientos previos imposibilitaron esta última misión tras lo cual Drake y lo que quedaba de su flota regresaron a Inglaterra.

De los 25.000 hombres que compusieron la "Contraarmada" tan sólo regresaron 7.000. Además de las pérdidas humanas, las perdidas materiales se cifran en unos 40 buques así como la mayor parte del tesoro real acumulado por Isabel I durante su reinado.

Con estos datos resulta extraño que la Historia mencione exclusivamente la Armada Invencible, olvidando que un año después la flota inglesa sufrió una derrota de, por lo menos, la misma magnitud. Sólo la combinación de propaganda, leyenda negra y pasividad en lo que a nuestra Historia se refiere puede explicar que todavía hoy los libros de texto sólo recuerden a la Grande y Felicísima Armada.

Referencias

Duque de Media Sidonia. https://www.despertaferro-ediciones.com/2019/alonso-perez-de-guzman-duque-de-medina-sidonia-gran-armada/

La verdad sobre la "Invencible". https://podcasts.apple.com/es/podcast/memorias-de-un-tambor/id813266889?i=1000549345834